Razones para evitar las conductas violentas en el entorno deportivo
Se acerca la llegada del buen tiempo, nuestros peques saldrán de forma más habitual a disfrutar al aire libre. Y es en esta época en la que se suelen celebrar multitud de torneos de fútbol u otros deportes en toda España, produciéndose también conductas violentas en su entorno. Surgen numerosas noticias cada año de conductas inadecuadas en estos encuentros por parte de los adultos, esas en las que unos padres insultan a un árbitro, lo agreden o incluso se pegan entre sí, por poner algunos ejemplos. Son situaciones y actitudes que analizadas en frío las familias desaprueban, pero siguen produciéndose y siendo un ejemplo pésimo para nuestros peques. Las razones que pueden llevar a perder el control a los adultos que las realizan pueden ser muy variadas, si somos conscientes de que son totalmente inadecuadas y queremos evitar que nuestros peques las presencien debemos tener en nuestra mente las razones por las que no “entrar al trapo” y mantener la calma. Vamos a reflejar algunas de esas razones pero cada uno debe encontrar su razón para dar ejemplo en cualquier terreno de juego.

Razones para evitar las conductas violentas en el ámbito deportivo

Pensar en qué queremos enseñar a los peques

¿Nos gustaría que solucionen sus problemas a base de violencia? ¿aprobamos que insulten cuando se quedan sin argumentos? Evitar las conductas violentas no es una cuestión de exigirlo a los 14 años, se empieza educando desde muy peques, y no vale con explicarles qué es la buena educación, ellos aprenden siguiendo nuestro ejemplo. Nuestro hijo/a será un reflejo de sus mamis y papis, solucionará sus problemas siguiendo los pasos que observa. Debemos tenerlo en cuenta.

Analizar cuál es el objetivo de que hagan deporte

Si se lleva a los peques a practicar deporte para que un día “nos saquen de pobres”. Las expectativas son demasiado elevadas, y están provocando que las personas a las que más queremos tengan que asumir un nivel de presión para el que no están preparados. El objetivo debería ser hacer deporte para estar activos, para gozar de una buena salud, para hacer amigos y aprender los increíbles valores del juego en equipo. Para disfrutar del aire libre, del buen tiempo o para perder el miedo a mancharse… da igual la razón, mientras no suponga para nuestros peques una presión exagerada. Los peques pueden ser las personas a la que más les duela no cumplir con nuestras expectativas, y a todo el mundo le afecta sentirse un fracasado. Si somos conscientes evitaremos fomentar que se sientan así. Razones para evitar las conductas violentas en el entorno deportivo

Pensar en que los peques crecen

¿Eres de esos papis o mamis que se pasan el partido entero a gritos en la banda? Eso que podía no incomodar a tus hijos o hijas cuando estaban empezando, con lo que se reían todos los compañeros de equipo y sus padres, puede que ya no resulte tan divertido. Los peques crecen, y llega un día en el que pueden llegan a sentir vergüenza por nuestra actitud en la banda. Gritarles por cada cosa que hacen bien o mal, darles indicaciones a ellos y a sus compañeros, o por supuesto insultar y faltar al respeto… les provocará una sensación muy desagradable. Llegará un momento en el que van a ser sus propios compañeros los que empiecen a hacer comentarios, a llamarle la atención al niño o niña por la actitud de sus familiares, y más tarde puede pasar a sufrir una desconexión del equipo. Si tu hijo o hija quiere dejar un deporte que hasta hace poco le apasionaba, igual el problema no es que el entrenador le saque poco, también puede ser que sienta vergüenza cuando sale a jugar y no sepa como decírnoslo, por no herir nuestros sentimientos o por miedo a sentirse incomprendido.

Nunca se sabe a quién tenemos al lado

No solo debemos ser educados o educadas para darle ejemplo a nuestros hijos o hijas, también por nuestro propio bien. Nunca sabemos quién es el padre que tenemos al lado, ya sea de nuestro equipo o del equipo contrario. Podría ser que fuese nuestro jefe, o el responsable de recursos humanos en la empresa en la que tenemos una entrevista al día siguiente. A lo mejor un empresario con el que hacer negocios, o un potencial cliente nuestro… la cuestión es que se acordarán de la persona que montó un circo en el partido de sus peques. ¿Contrataríamos a los padres o madres que salieron el año pasado en todas las noticias haciendo el ridículo al lado de un campo de fútbol? En este sentido nada mejor que seguir el ejemplo del Rugbi y su famoso “tercer tiempo”. Tras el partido ambos equipos se juntan para disfrutar de una merienda en conjunto, una oportunidad para los jugadores y sus familiares de conocerse mejor, estrechar lazos y disfrutar lo mejor del deporte. ¿Por qué no llevar esta maravillosa tradición a otros deportes? Estas son sólo algunas razones para mantener la compostura en cualquier deporte que practiquen nuestros peques, pero os aseguro que hay muchísimas más. Encuentra la tuya, la que sea, pero por favor, ¡no veamos este año imágenes como las del año pasado!. Todos podemos aportar nuestro granito de arena para disfrutar y ofrecer a nuestros peques una sociedad libre de conductas violentas.

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